El desierto de los pueblos
Después de leer La Experiencia Interior de Georges Bataille, no es difícil darse cuenta que estamos frente a un pensador trágico por naturaleza y por aspiración. Bataille es uno de esos filósofos y poetas que a diferencia de la mayoría de los filósofos de su tiempo aspiró a no-saber (1), a vivir y sentir el no-saber como punto más hondo de su experiencia (2), colocándose al otro extremo de Hegel, para quien el punto más alto al que el hombre puede llegar es el saber absoluto. Sin embargo, al ubicarse en la antípoda de Hegel, quizá se encuentre en el mismo punto que éste, pues el saber y el no-saber absolutos pueden ser la misma cosa, es decir, la sabiduría y la ignorancia simultáneas que Sócrates parece haber experimentado al final de su búsqueda, saber que no se sabe nada. Pero no es precisamente el no-saber de Bataille ni el saber absoluto de Hegel el tema que queremos destacar ahora, sino el pensamiento del primero acerca del “desierto”, que para él significó la "comunidad&q